miércoles, 27 de mayo de 2015

Asesinato en la catedral, de T. S. Eliot

En el año 1170, Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, es asesinado por orden de su rey, al no querer someterse a las Constituciones de Clarendon. Al pie del altar de la iglesia en la que ejerce su cátedra cae atravesado por las espadas. Este hecho de la historia medieval es narrado por T. S. Eliot con un aire de grandeza antigua, en escenas de ritmo lento, parsimonioso, que al mismo tiempo poseen una gran tensión y majestad a medida que se aproxima el trágico desenlace. Asesinato en la catedral (Murder in the Cathedral) es un drama poético, la obra maestra de su autor, un símbolo de la dignidad de la persona y de la libertad de conciencia frente al poder político. Junto con La tierra baldía hace de Eliot quizá el más grande de los poetas modernos.

miércoles, 20 de mayo de 2015

El arpa birmana, de Michio Takeyama

1945. Segunda Guerra Mundial. Los soldados japoneses presos por los británicos en Birmania están a punto de ser repatriados. Pero uno de ellos, el cabo Mizushima, está convencido de que le queda por realizar una tarea. No quiere abandonar a sus compatriotas muertos en tierras birmanas, y prefiere entregarse a una misión expiatoria en la que los sonidos de su arpa tienen un papel central: quemar los cuerpos, recoger las cenizas, rezar por sus almas. El arpa birmana es una preciosa historia sobre el poder de la amistad y de la música en los momentos más adversos. En cierto sentido podría calificarse de «novela ideológica», al subrayar el poder del arte (de la música) como camino para el bien y la felicidad. En fin, una espléndida novela, breve (apenas 200 páginas) considerada en Japón como clásico, y recomendada entre las obras de literatura universal a los estudiantes de escuela superior.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Tal vez soñar. La filosofía en la gran literatura, de José Ramón Ayllón

«¿Por qué nos gusta la literatura? ¿Qué buscamos en las historias de Homero o Cervantes, de Shakespeare o Tolkien? La respuesta es sencilla y complicada al mismo tiempo: nos buscamos a nosotros mismos. A veces ser humano es difícil, escribió el poeta Aleixandre. Y es verdad, porque todos sufrimos la desconcertante e íntima desproporción entre lo que deseamos y lo que conseguimos. Perseguimos el equilibrio y la felicidad, pero obtenemos el desasosiego de una raquítica cuenta de resultados. Tal vez por eso nos gustan los relatos literarios: queremos aprender de sus protagonistas, conocer lo que han hecho para lograr la plenitud, saber qué caminos han elegido o rechazado, y qué han logrado a fin de cuentas.»

La literatura, además de ser fuente de placer, nos permite ahondar en las grandes preguntas de la humanidad y conocer formas de entender el mundo. De la mano de Homero, Defoe, Cervantes, Saint-Exupéry, Ana Frank, Etty Hillesum, Delibes, GoldingVerne, Tolkien, Shakespeare y Dostoievski nos adentramos en los temas fundamentales de la filosofía: la inteligencia, la verdad, la familia, los sentimientos, la ciencia, el bien y el mal, la muerte... Y profundizamos, gracias a Orwell, London y Nietzsche, en algunas de las principales corrientes de pensamiento que configuran la cultura de nuestra sociedad, como el positivismo, el comunismo o la teoría nietzscheana del superhombre.