sábado, 14 de enero de 2012

El señor de las moscas, de William Golding

«El muchacho rubio descendió un último trecho de roca y comenzó a abrirse paso hacia la laguna. Se había quitado el suéter escolar y lo arrastraba en una mano, pero a pesar de ello sentía la camisa gris pegada a su piel y los cabellos aplastados contra la frente. En torno suyo, la penetrante cicatriz que mostraba la selva estaba bañada en vapor. Avanzaba el muchacho con dificultad entre las trepadoras y los troncos partidos, cuando un pájaro, visión roja y amarilla, saltó en vuelo como un relámpago, con un antipático chillido…».
Un grupo de niños solos, sin ningún adulto, arrojados en una isla perdida a causa de un accidente aéreo. Inicialmente, todo es armonía, cooperación entusiasta y gozosa camaradería. Pero poco a poco la realidad les conduce a un dilema: o vivir con la esperanza de ser rescatados, o hacer de la situación salvaje la norma del propio vivir. Y la balanza se inclina sin remedio hacia el segundo término.

1 comentario:

  1. Hola, buenos días,

    Les invito a leer a Rousseau, el Contrato Social; o al menos, un resumen como el que les presento aquí,

    http://josearnedo.blogspot.com/2011/04/jean-jacques-rousseau-el-contrato.html

    Un saludo y gracias por haber presentado tan bien El Señor de las Moscas,

    Jose

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